12 Mar
12Mar

Tres procesos históricos fueron claves en el movimiento neoclásico:

  1. La aparición de la Ilustración o el Iluminismo, movimiento filosófico que defendía la razón, el conocimiento y la secularización como propósito y medio para derogar el dogmatismo y fomentar el progreso. En este movimiento se insertó La enciclopedia, de Diderot y D`Alembert, publicada por primera vez entre 1751 y 1772.

  2. El descubrimiento de las ruinas de Herculano (1738) y Pompeya (1748), que despertó nuevamente el interés por estudiar la cultura grecolatina.

  3. Por último, la llamada “doble revolución”, es decir, la revolución industrial que estaba modificando los modos de producción y organización social, y la revolución francesa, que proclamaba igualdad, libertad y fraternidad.

Hacia finales del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII, en Europa dominaba el arte barroco. En Francia, particularmente, dominaba el rococó en la corte. Inspirados por los valores de la Ilustración, pronto surgieron detractores de tales estilos, pues los consideraban excesivos, confusos y recargados, y los relacionaban al fanatismo religioso y a la corrupción aristocrática respectivamente.



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