El repertorio ornamental se inspiraba a la vez en los estilos Luis XVI, Directorio e Imperio: palmetas, rosaces,roleos (rinceaux), candelabros, grifos, liras, cisnes, delfines, cornucopias. Todos estos motivos tenían tendencia a agotarse; las proporciones ya no eran tan armoniosas. De la imitación de la Antigüedad se pasó a las ricas decoraciones interiores. En los interiores privados el zócalo, en imitación de madera o mármol, servía de base a un tissus à semis de flores, o a un papel pintado bordeado de largos frisos. Molduras à rinceaux, à rosaces, à grecques atestiguaban el gusto por los acabados elegantes. El blanco y las tintas claras y frescas eran muy usados.
Aumentaba el papel de las tapicerías. La disposición de los interiores se fue poco a poco acomodando al desorden romántico.