13 Feb
13Feb

Durante la Edad Media, un nuevo estilo de arquitectura surgió en Europa. Inicialmente conocido como Opus Francigenum, u “obra francesa”, esta corriente arquitectónica dominaba los gustos europeos o mejor dicho, el de la Iglesia Católica Romana. Fue hasta el siglo XVI que empezó a ser conocido como “gótico”.

El estilo gótico se desarrolló a partir de la arquitectura románica, una estética medieval caracterizada por arcos, techos abovedados y pequeños vitrales.

La arquitectura gótica adoptó y adaptó estos elementos románicos para producir un nuevo estilo de construcción que presentaba arcos exagerados, bóvedas más grandes y ventanas más amplias. Sin embargo, además de reinterpretar estas características, la arquitectura gótica también abandonó una característica clave de la arquitectura románica: las paredes gruesas. Para construir edificios más altos y delicados con paredes más delgadas, los arquitectos góticos emplearon contrafuertes voladores para apoyarse. Estas estructuras de piedra permitieron a los arquitectos crear catedrales e iglesias monumentales que evocaban una sensación etérea y permitían “acercarse al cielo”. 

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO