Estricta simetría en las composiciones murales y organización de las estancias.
Los muebles se alejan de las formas sinuosas del estilo Luis XV o ligeras del estilo Luis XVI, adoptan una apariencia rígida, maciza y formas geométricas básicas.
Los motivos son esencialmente guerreros (trofeos, lanzas, fasces) o clásicos (esfinges, leones, águilas, ninfas)
A veces se incorporan motivos exóticos del Antiguo Egipto.
Se recuperan los colores intensos y saturados perdidos durante el siglo XVIII, que prefirió el blanco o los tonos pastel.
Los muebles se hacen en madera vista, sin pintar, como la caoba o el nogal.
Ausencia de marquetería.
Predominio de elaboradas incrustaciones de bronce.