26 Mar
26Mar

Se asiste a una pugna entre los estilos góticoclásico, en una contraposición de los ideales que en ellos se quieren ver representados, bien de modernidad, bien de continuidad. El arquitecto Charles Barry sigue en el dictado medieval como una forma de oponerse a lo que sería la revolución francesa, en tanto que John Ruskin ve en el clasicismo una mecanización por lo que opta por el gótico en beneficio de unos valores sociales que para él éste encarna. El Palacio de Cristal de Londres levantado en la primera Exposición Universal de 1851 para Ruskin es el paradigma de la deshumanización del hierro y el cristal, sin embargo paradójicamente será un hito de la arquitectura moderna.

Esa contraposición también se refleja en la literatura como en Thomas Carlyle, en su obra La Revolución francesa: una historia, y Charles Dickens, en Grandes esperanzas e Historia de dos ciudades. Igualmente en los fotógrafos de la época John Everett Millais, Walter Sickert y Frank Holl, y en los prerrafaelistas.


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