26 Mar
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El puritanismo dominante hace que la vivienda victoriana sea el lugar central de la vida familiar y social, en ella la burguesía da muestra de su nivel de bienestar, por lo que será a la vez acogedora y ostentosa. Será el comedor una habitación fundamental, ya que en ella se comerá y rezará. A la hora de su decoración se recurrirá al eclecticismo, los salones presentarán en alfombras, paredes y cortinas ricos colores, a la par de una profusión de pequeños detalles decorativos tal como figuras, lámparas o adornos, una habitación desnuda se consideraba de mal gusto y era el salón un escaparate en el que el propietario mostraba a los invitados sus intereses. En la vivienda se separarán cuidadosamente los espacios públicos de los privados.

Dentro del mobiliario característico de la época se encuentran:

  • La silla es gótica o isabelina, pero de respaldo abombado y patas rectas.

  • Los sofás del tipo chaise longue.

  • Las mesas de comedor rectangulares de esquinas en ángulo recto, sólidas y de patas torneadas.

  • Las mesas y mesitas de juego, de variadas formas.

  • El escritorio es muy popular, pequeños y con cajoneras laterales.

  • Los aparadores, que presidían el comedor, con un espejo tallado. En la Exposición de 1862 se mostraron dos de ellos, los llamados Shakespeare y Robinson Crusoe por la temática de sus motivos decorativos, hechos por Thomas Tweedy y su discípulo Gerard Robinson.

  • Las cómodas, altas y con espejo.

  • Los muebles del vestíbulo, para bastones y sombreros.

  • Las rinconeras, altas, acristaladas y con estantes para la exhibición de las piezas que contenían.

  • Los relojes de pared.

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